EL MOSTRADOR, 17 DE ENERO DE 201
La historia del conflicto de Piñera con los williche por el Parque
Tantauco.
Antes de que el mandatario adquiriera en 2004 por 5
millones de dólares las 118 mil hectáreas en la Isla de Chiloé, donde instaló
su proyecto de conservación, fue advertido de que estaba comprando territorios
reclamados históricamente por comunidades indígenas. Pero lo vio como un
problema de Estado, así que concretó la inversión a través de la Fundación
Futuro. Tras la cumbre mapuche del Cerro Ñielol, donde comunidades williche de
Chiloé plantearon reivindicar las tierras del Tantauco, su decisión podría volverse
una piedra en el zapato.
Para los williche Tantauco significa “el lugar
donde se juntan las aguas” y fue la palabra elegida para bautizar el tratado en
que la corona española reconocía los derechos a perpetuidad de este pueblo
sobre las tierras de Chiloé. Para el Presidente Sebastián Piñera, Tantauco es
el nombre con que bautizó al Parque que adquirió el 2004 al sur de la Isla y el
mismo con que denominó a sus equipos programáticos. Tras la cumbre mapuche del
Cerro Ñielol, Tantauco podría transformarse además en un nuevo conflicto para
el mandatario.
¿La razón? El planteamiento de reivindicar las
tierras del Parque Tantauco presentado en el encuentro por parte de comunidades
williche de Chiloé, que cae como balde de agua fría en medio del clima de
tensión en que se vivió el encuentro y que pone en una incómoda situación a
Piñera. Según el lonko mayor del Consejo territorial indígena
de Quellón, Cristián Chiguay, “es el momento de poner la reivindicación de
Tantauco sobre la mesa, cuando es el propio Presidente Piñera quien pone las
prioridades de los temas”.
Piñera fue advertido del conflicto de tierras que
pendía sobre las 118 mil hectáreas que anteriormente pertenecían al
norteamericano Jeremías Henderson —quien había intentando impulsar sin éxito un
proyecto forestal— antes de que concretara la adquisición de lo que
posteriormente bautizó como Parque Tantauco. Sin embargo, no lo tomó en cuenta.
Así lo recuerda el entonces obispo de Ancud, Juan
Luis Ysern, quien viajó en 2004 personalmente a Santiago equipado con una serie
de mapas y documentos que graficaban la situación de las tierras ancestrales
donde el empresario quería impulsar su proyecto de conservación. Allí, junto a
su asesor Raúl Espoz, se le explicó a él y sus abogados que no estaba comprando
solo un proyecto forestal fracasado, sino los fundos williche Yaldad, Koldita e
Inio, que en conjunto suman unas 91 mil hectáreas dentro del parque.
Pero no tuvo éxito, ya que según explicó el
eclesiástico a El Mostrador, la respuesta
de Piñera fue que el tema de los williche era un problema del Estado, no suyo. Hoy,
Piñera representa a la máxima autoridad de ese Estado.
UNA
GRAVE “PROVOCACIÓN”
El acuerdo de paz firmado con España y denominado
“Tratado de Tantauco”, anexó Chiloé a Chile en 1826, reconociendo los derechos
a perpetuidad de los williche sobre las tierras de la isla. Pero el Estado
chileno no reconoció estos derechos, ya que desde 1900 empezó a declarar estas
tierras fiscales, las que fueron vendidas a particulares, que al correr los
años vendieron a otros. De esta forma, a través de la Fundación Futuro,
Sebastián Piñera adquirió por 5 millones de dólares los terrenos que hoy le
reclaman.
Los problemas con las comunidades no se hicieron
esperar. De partida sacó ronchas el nombre elegido por el empresario para
bautizar el lugar, lo que fue clasificado como “una ofensa” y una “grave
provocación” en una carta enviada a Piñera por el Consejo de Caciques Williche
de Chiloé, aduciendo que “es precisamente el nombre que tiene el Tratado que
resguarda nuestros derechos conculcados”.
El conflicto en Tantauco incluso llegó ante la
Comisión Interamericana de Derechos Humanos, ante la cual en 2007 el Consejo de
Caciques interpuso una petición relacionada con el derecho territorial de una
de las comunidades afectadas.
El
padre Ysern, que hoy está radicado en Santiago, considera que “esto requiere un
estudio muy sincero mirando la verdad histórica en Chiloé. Para los williche es
muy importante que se tome en serio la petición de Tantauco y lo han mantenido
firme. Esto significa un diálogo muy sincero, muy claro sobre todo el proceso
histórico. Es fundamental, porque si no hay una injusticia básica que permanece.
En aquel tiempo le dije a don Sebastián Piñera que si quería contar conmigo
para ese diálogo lo hiciera, porque el Consejo de Caciques estaba muy dispuesto
a hacerlo. Nunca tuve respuesta”.
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